sábado, 9 de marzo de 2013

Ponlo más fuerte para que no se borre.

13 de Noviembre. Como cada martes, G salió de trabajar a las 20:30 con su jefe, pero ese no era un martes cualquiera. Era su cumpleaños. Había organizado una cena con varios amigos para celebrarlo y tomar algo después, así que su jefe eligió un restaurante por la parte vieja, donde están todos los garitos de copas, para no tener que movernos mucho y quedamos allí todos o eso creía Él...
Callejeando, deciden entrar un momento al baño, curiosamente al Bar que solía frecuentar, así que G espero fuera. Su jefe esperaba que lo siguiera y al ver que no lo hizo, retrocedió y le dijo "puedes entrar". G entró y allí se encontró con todo.
SORPRESA!!!
Le habían preparado una fiesta por su cumpleaños.
Estaba en una nube. Más de 20 personas se habían molestado en estar allí para celebrar su cumpleaños, era su día y se sentía protagonista.
Y derrepente apareció ella. Normalmente no trabajaba un martes, pero sabía que le iban a hacer la fiesta a G y no quería perdérselo. Eso le dijo. Una sonrisa tonta se dibujo en su cara. No podía pedir más.
Chupito juntos, copa y cervezas y derrepente S le coge el brazo y le apunta su número en todo el antebrazo con ese boli con el que tantos bigotes le había dibujado en el dedo cuando venía de alguna fiesta temática...
G no se creía que por fin tuviese su número. Siguió allí atendiendo a sus amigos, abriendo regalos, bebiendo, bebiendo y bebiendo, pero en un momento G volvió a la barra, llamó a S y le dijo: "ponlo más fuerte para que no se borre".
El garito cerró y G supo irse a casa en el momento adecuado, dejando a sus amigos en otro bar que cerraba más tarde. Una noche muy especial, un día inolvidable.
Durmió como un bebe y lo primero que hizo al despertarse fue mirarse el antebrazo. Allí estaba, no se había borrado y la sonrisa le duró toda la mañana.
Un pasito más, un poco más cerca.

Continuará...

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