sábado, 23 de marzo de 2013

Estoy aquí para lo que necesites.

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Que difícil es escribir cuando quieres desahogarte y no sabes como empezar...
Seré claro...


No estoy preparado para algunas situaciones... Puedo llegar a creerme que no he madurado.
Que se dice en estos casos?
Que debes hacer cuando te enteras de esa noticia?

Hoy he sido testigo de un momento complicado. La chica más alegre que conozco estaba apagada. Y con motivos. Su Aita, su padre, se ha ido, tras una larga batalla contra su enfermedad, ésta le ha ganado.

Sólo me vienen tópicos a la cabeza para decirle algo, lo siento, ánimo, como estas? (Esta pregunta debería estar prohibida en estos casos)...

He de reconocer que he pedido consejo. Hacia mucho tiempo que no hablaba con mi tía y madrina, pero hace poco me llamo, para motivarme, para contarme, para decirme que mi familia esta pendiente de mi. Que no se me olvide. Que se acuerdan de mi aunque no vaya por allá...

Le he escrito para decirle que se hace en estos casos...
A mis 25 años me siento un niñato cuando hay que enfrentarse a temas tan serios y es que a nadie le gusta este tipo de situación...

"Estoy aquí para lo que necesites"

Es lo mejor que supe decirle...


Fuerza campeona. Muchísima fuerza.

Y repito.

Estoy aquí para lo que necesites.

sábado, 9 de marzo de 2013

Ponlo más fuerte para que no se borre.

13 de Noviembre. Como cada martes, G salió de trabajar a las 20:30 con su jefe, pero ese no era un martes cualquiera. Era su cumpleaños. Había organizado una cena con varios amigos para celebrarlo y tomar algo después, así que su jefe eligió un restaurante por la parte vieja, donde están todos los garitos de copas, para no tener que movernos mucho y quedamos allí todos o eso creía Él...
Callejeando, deciden entrar un momento al baño, curiosamente al Bar que solía frecuentar, así que G espero fuera. Su jefe esperaba que lo siguiera y al ver que no lo hizo, retrocedió y le dijo "puedes entrar". G entró y allí se encontró con todo.
SORPRESA!!!
Le habían preparado una fiesta por su cumpleaños.
Estaba en una nube. Más de 20 personas se habían molestado en estar allí para celebrar su cumpleaños, era su día y se sentía protagonista.
Y derrepente apareció ella. Normalmente no trabajaba un martes, pero sabía que le iban a hacer la fiesta a G y no quería perdérselo. Eso le dijo. Una sonrisa tonta se dibujo en su cara. No podía pedir más.
Chupito juntos, copa y cervezas y derrepente S le coge el brazo y le apunta su número en todo el antebrazo con ese boli con el que tantos bigotes le había dibujado en el dedo cuando venía de alguna fiesta temática...
G no se creía que por fin tuviese su número. Siguió allí atendiendo a sus amigos, abriendo regalos, bebiendo, bebiendo y bebiendo, pero en un momento G volvió a la barra, llamó a S y le dijo: "ponlo más fuerte para que no se borre".
El garito cerró y G supo irse a casa en el momento adecuado, dejando a sus amigos en otro bar que cerraba más tarde. Una noche muy especial, un día inolvidable.
Durmió como un bebe y lo primero que hizo al despertarse fue mirarse el antebrazo. Allí estaba, no se había borrado y la sonrisa le duró toda la mañana.
Un pasito más, un poco más cerca.

Continuará...

jueves, 7 de marzo de 2013

Y así la conoció

Entró al bar que solía frecuentar con unos amigos. Se dió cuenta pronto que había algo diferente al resto de los días que iba a ese sitio. Era ella, detrás de la barra. Sin pensárselo demasiado se acercó a la barra y le dijo hola. Ella, con una sonrisa contagiosa, le respondió muy simpática. Posiblemente pasaron unos segundos antes de volver a articular palabra. Era su sonrisa la que le impresionó. Cuando sonreía se le achinaban los ojos, es por eso que no supo hasta mucho más tarde que tenía los ojos verdes.
Él le dijo: "oye, eres nueva verdad? Suelo venir mucho por aquí y no te había visto antes..." "Si, empecé hace poco" le dijo ella. "Me llamo G" le dijo él. "Yo S" le respondió y le puso una copa.
A partir de ese día y durante varias semanas, lo primero que hacia G cuando iba a ese bar, era saludarla.
Le encantaba esa chica, pero no sabía que hacer para decirle que quería conocerla. Una chica como ella, que trabajaba en un bar de copas, debería estar cansada de que se le acerquen babosos para adularla y meterle fichas...
Quizás llegue el momento pronto. Paciencia. Mientras tanto G se conformaba cuando ella le dedicaba esa sonrisa tan especial y se sentía satisfecho cuando conseguía hacerle reír.

Continuará...

viernes, 1 de marzo de 2013

Es difícil volar cuando esperas la caída...

Eso dice la primera frase de una canción de Maldita Nerea.

Posiblemente ahora este pasando por los peores momentos, económicamente hablando, de mi aventura por la península. Y no me agobia el día de hoy, ni el de mañana, sino que pasará en Julio. Porque si no consigo un trabajo que me permita mantenerme, tendré que volver a Tenerife y sinceramente, eso no es lo que quiero.
Mis padres me cortan el grifo y desde que he estado aquí, siempre he tenido algún trabajo que me permitía tener una vida mas cómoda en Donosti, cuando digo cómoda digo, fiesta, caprichos, alguna comida fuera, alguna escapada de fin de semana... Pero en cuanto acabe este mes, me quedo sin sueldo extra y hasta Julio estaré Malviviendo si no tengo trabajo y en Julio tendré que hacerme las maletas y volver a mi Isla.

Esta fue la parte dramática y pesimista.

Ahora les cuento mi punto de vista. El titulo de la canción es "La respuesta no es la huida". Y por supuesto, marcharme de aquí es mi ultimísima opción.
Estoy moviendo el culo echando currículum por todos lados y soy optimista. Espero encontrar trabajo y lo voy a encontrar. No voy a parar hasta que lo consiga. No me quiero ir de aquí.

Así que si es verdad que es difícil volar cuando esperas la caída, pero que bien se vuela cuando solo piensas en conseguir lo que quieres, porque al final, si lo piensas mucho, lo consigues.

Buenas noches mi niña!